sábado, 3 de febrero de 2007

De cuando los amantes de Teruel se hicieron añicos

Mira Penélope la bolsa azul
llena del vacío de su presencia,
lejana.
Mensajes de botella en un mar
en calma desatan agujeros
negros como su alma.
¿Qué hacer cuando no hay
que hacer nada?
Cuando la nada todo lo puebla,
cuando la nada inunda
la mirada.
Mira Penélope la caja naranja,
vacía de sexo, de
cuerpo de plata.
Traiciones con y sin palabras,
las piernas tiemblan por
piernas lejanas.
Ojos que se pierden en muchas miradas.
Ojos que mienten y desnudan a
otras reinas destronadas.
Cuando Penélope abandona la sala
enmudece la música con telarañas.
Penélope de discoteca, llanto y playa.
Penélope de mentira, Penélope olvidada.

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