viernes, 9 de noviembre de 2007

¿Esta noche?


Si piso fuerte mi amuleto, aparecerás detrás de una esquina. Vestido de negro y bermudas como un ladrón sin nada que perder. Un amante que manda amor desde la cama de su esposa, un riesgo que vale la pena. Jugándome la vida ahora, ya, ahora, puede ser el fin. O me puedo salvar cortando las palabras, heridas al aire, colgadas como me dejabas, silencio, pipipipipi, disculpas, valiente soldado que se esconde ante el capitán cuando lo pillan a punto de desertar.


Pero no eres tú, un vuelco inútil, un susto innecesario.


Te seguiré esperando toda la noche. Mientras las enfermeras me lo permitan.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

=


Todavía no te he podido olvidar. Y sabes que lo he intentado. Si me pidieras que lo hiciera podría odiarte y tal vez olvidarte. Y seguir viviendo sin soñar que me escondes en un armario cuando la oyes llegar. Y no buscarte entre los viajeros de una autopista. Y para qué decirte más, si te asustarías, si dirías que verdaderamente estoy perdida y te sentirías inútilmente culpable y adiós muy buenas... Y podría odiarte y tal vez olvidarte. Aunque ahora sé que no. Cuatro años después sé que te quiero con más claridad que el primer día. ¿Una obsesión puede durar tanto? Porque esta es para toda la vida o es amor. Sigues asustado, me niegas a ratos, me abres el armario y huyes con el rabo arrugado entre las piernas. Pero ya no te digo más. ¿Lo sabes todo?

miércoles, 3 de octubre de 2007

Ayer

Otra marca en el calendario.

jueves, 19 de julio de 2007

Ulises habla

Creo que sería la mejor manera de terminar este blog de esperas... Con unas palabras parecidas a las de Rodolfo Serrano en este poema robado (http://www.rodolfoserrano.blogspot.com)...

Ulises habla con Penélope de por qué cambia todo

Así que escúchame y no me des más voces:
He dejado de amarte sin saber las razones.
Y tal vez sea porque el vermú de los viernes
me sabe cada vez más amargo y sin gusto.

O quizás es que siento que tu voz por teléfono
me aburre y me deprime y esa risa que un día
era como cristal o brisa de verano
me parece –qué quieres- estridente y sin gracia.

A lo mejor es porque el olor de tu cuerpo
me recuerda, ya sabes, a colonia de anuncio.
Y tus besos me saben a cerveza y tabaco.
Y –perdona- hasta creo que has engordado un poco.

No sé qué me ha pasado. Pero ya es que no tengo
palabras que decirte ni nada que contarte.
Y estoy un poco harto de citas clandestinas.
Y con estos calores yo no estoy para nada.

En fin que me parece prudente y conveniente
dejarlo por un tiempo. Y que nos lo pensemos.
Y no creas, de veras, lo que algunos te han dicho:
No he conocido a otra muchísimo más joven.


Rodolfo Serrano (http://www.rodolfoserrano.blogspot.com)

lunes, 9 de julio de 2007

No es perfecta, mas se acerca a lo que yo simplemente soñé

He parado. No puedo saber si desea ser encontrado. Es cierto que en mi imaginación él sonreirá sorprendido al saber que sus poemas siguen en mi estantería. Pero es sólo mi imaginación.

He parado. Como cada noche un tren de mercancías por no arrollar un coche de domingueros. Es la dominación lo que no domino. Se desbocan mis caballos con mis sueños arrastrados a un costado.

Entonces paro, recorto la lista de amantes bandidos que conseguí para no pensar en él.

He parado, como paré con aquellos estudiantes que rozaban la minoría de edad, como paré con el historiador de una ceja, como paré con el deportista del pene torcido.

Como paré con el cámara y el camerero, sabrosos de tabaco y de sexo, con su traje de libro en la mano.

Como paré con el médico consejosvendoparaminotengo, kilos para regalar a un cuerpo aplastado e insatisfecho. Entérate, doctor, que contigo tuve que fingir para poder respirar.

Como paré con el hippy de ojos de caleidoscopio, el mejor de todos, tan bueno que quería compartir su don con varias a la vez, luchador por una causa socialmente inmoral.

Como paré con un ciberamor transatlántico de vida al revés.

Como paré con la joven promesa del rock que sólo se amaba a sí mismo.



He parado de recordar añadidos a mi lista. Todo lo que hice por sustituirte. Y lo mal que me salió. Ni este último poeta de hoy podrá sacarte de aquí. Si supieras que eres el único con quien no he podido parar, quizá me visitarías más a menudo. Hace meses que has parado y no sé si reanudarás tu marcha pronto, tarde o nunca
.

martes, 3 de julio de 2007

Tras esa sonrisa de casting barato

Es cierto, yo te mentí primero.
Tú no eras torero, correcto.
Tampoco yo trabajaba en un supermercado.
Y no estaba de moda la canción de Serrano.
Fue una elección para no dar explicaciones.
Para no sentirme incómoda.
Para que no te sintieras incómodo.
Para sentirme libre.

Yo te mentí primero y, además, miento mejor.

Conozco el atajo que llega al secreto que nunca dirás,
Sé de aquel sendero que llega a tus labios por cualquier lugar,
Descubrí las salsa que orquestan tus pasos en el adoquín,
y el llanto que escondes tras esa sonrisa de casting barato.

Y de que me sirve,
No sirve de nada.

Conozco el aroma que dejan tus sueños si es que puede haber,
Sé que piensas mucho, hablas demasiado y resuelves poco,
Sé cuando estás fría y aparentas fuegos por condescender,
Sé que a veces mientes, y yo hago maromas por no descubrirte.

Y de que me sirve,
No sirve de nada.

Si tus celos piensan que no hay aventura que se me resista,
Que hasta a veces quisiera parecerme al tipo que tú crees que soy,
Para tener motivos, para vivir la vida,
Para arrancarle un tajo de locura a esta miseria,
De quererte tanto,
Y que no sirva de nada.

No sirve de nada este delirio
De aferrarnos a una historia que murió sin darnos cuenta,
No sirve de nada este castigo,
De buscar en lo imposible algún borrón y cuenta nueva,
No sirve de nada,
No sirve de nada,
No sirve de nada.

Conozco las dudas que te llevan siempre al mismo lugar,
Sé que estoy pagando facturas pendientes de algo que pasó,
Sé que te desgastas buscándole absurdos a la realidad,
Sé que a veces dices, cuando tienes ganas de no decir nada.

Y de que te sirve,
No sirve de nada.

Hacen falta dos para hallar una ecuación de encontrar un culpable,
Hace falta tiempo para tener ganas de desperdiciarlo,
Hacen falta sueños para aferrarse a la realidad,
Hace falta todo, y al final resulta que siempre es lo mismo.

Y de que nos sirve,
No sirve de nada.

No sirve de nada este delirio
De aferrarnos a una historia que murió sin darnos cuenta,
No sirve de nada este castigo,
De buscar en lo imposible algún borrón y cuenta nueva,
No sirve de nada,
No sirve de nada,
No sirve de nada.

Ricardo arjona

martes, 19 de junio de 2007

En formato mareado

De Una Bohemia. Formato maerado. (http://www.unabohemia.blogspot.es )

Todos los días, a la hora de la siesta, se me cae una lágrima por el lado derecho. Nada que ver con el llanto apresurado porque tienes cosas que hacer,
o para que no te oigan, ni siquiera cuando puedes hacerlo alto porque tienes lo más triste de Sexy Sadie sonando por el altavoz. La lágrima es siempre la misma, emanando desde un estado de semiinconsciencia y empujada por el doble sentido de la gravedad, sin fuerza para apartarla de un manotazo. Y me deja un cruce de pintura negra esquilmada a lo largo de la sien hasta que desemboca con la mitad de líquido evaporado en alguna parte del sofá. Será la alergia, será un acto reflejo. O a lo peor no.

domingo, 3 de junio de 2007

No me entiendes. Por favor, desvélame...

(Imagen http://www.ymipollo.com/channel/kenwe-s-secrets/ )


Hemos hecho un pacto que quisiera romper y no puedo porque no quiero que desaparezcas...

Hemos hecho un pacto que consiste en no volver atrás con la palabra... ¿y el pensamiento?

Hemos hecho un pacto para seguir la vida como si nada, como si no hubiera ocurrido nada.

Hemos hecho un pacto para encontrarnos y no sentirnos culpables, para salvar tu conciencia.

Hemos hecho un pacto que crees que cumplo y que intento que creas que me es fácil.


Pero entonces llegan noches de literatura como esta, noches de rendición como esta, noches de rabia como esta.

Entoces es cuando te abordaría.

Entonces es cuando te obligaría a que recordaras que me quieres.

Entonces te obligaría a que me dijeras que piensas en mí con una frecuencia que te irrita.

Entonces confesarías que quisieras romper el pacto y no puedes porque quieres que desaparezca...


Porque nos estropearíamos.

Porque se hundiría el mundo que conocemos.

Porque al final volvería a relucir tu cobardía y te odiaría y te odiarías.


Me sé demasiado bien la teoría. Perdóname cuando suspenda la práctica y dame más oportunidades. Dime que siempre nos quedará septiembre...

sábado, 2 de junio de 2007

[o] *


Sólo una vez me fotografié desnuda. A él le gustó mi regalo. Sin embargo, tuvo que destruirlo.




viernes, 1 de junio de 2007

Por el humo se sabe...

El aguardiente me quema las entrañas y las penas flotan. Todo el mundo lo sabe. También tú, que has intentado ahogarlas tras fracasar la cómplice amistad masculina que te recomendó seguir con tu buena esposa y olvidar al capricho que metiste en tu vida. Y no te queda nadie que me avise cuando te pase algo... Y busco quien te avise a ti sabiendo que no se puede confiar. La traición tiene nombre bíblico, la traición sigue callada a tu espalda, la maldita traición nos robó el mes de marzo, perdona, maestro, pero fue así.
Las huellas de los vasos giran sobre la mesa, y aquella noche tú me pediste el último vals, me salvaste de niñitos egoístas y yo creía que estaba segura en tus castos brazos. Noches de bodas que no se adelantaron como la tuya, una conspiración contra el tiempo para que no llegara a tiempo aquel insulto con el que me dirigí a ti la primera vez que tropezamos, con tiempo y fuera de él: ya todo estaba escrito.
Esta celebración triunfante es cosa tuya: el trabajo, el esfuerzo, todo por estar a tu altura. Es cosa tuya el haber cambiado mis pasos. Es cosa tuya este ascenso imparable... Tú, mi transfusión de sangre, mi espejo mágico, mis decretos y mis años.
Y tú, en qué bar, qué licores, qué compañía... Borracho sin tu pupila azul... Ven a buscarme esta noche: necesito decirte que te amo, necesito oír que la quieres a ella (y yo a mi cerebro paralizado), necesito poder llorar y destilarme por dentro...
CHIN CHIN

martes, 29 de mayo de 2007

Tara-da

- No me queda nada. No me queda nada. Nada que amar. Nada por qué luchar. Tú te vas, y Tara se va.
- Sí, algo te queda. Algo que tú amas más que a mí, aunque acaso no te des cuenta. Todavía tienes Tara.

Scarlett miró un instante aquella rojiza pasta; nada significaba para ella. Le miró después a él y comprendió vagamente que había en él una integridad de espíritu que no podía ser rota ni por sus manos apasionadas ni por manos algunas.

Aunque ello le costase la vida, Ashley jamás dejaría a Melanie. Aunque se abarsase de pasión por Scarlett, jamás sería suyo, y haría lo indecible para mantenerse a distancia de ella. Nunca podría atravesar tal coraza. Las palabras "hospitalidad", "honor", "lealtad", significaban para él mucho más que para ella.

- Sí. Aún me queda esto.

jueves, 24 de mayo de 2007

The newspaper

Para que veas, tantas maneras de sufrir al leer el periódico buscando un rastro de él y todo ha sido al revés. Ha visto mis pisadas en la arena en época de marea baja, el bikini azul de tacto desconocido, mi nombre y mis apellidos con olor a tinta negra.

Para que veas, tanto imaginar una noticia y he sido yo la noticia, y él el lector sorprendido, y su reacción muda y disimulada...

Para que veas, pensaba en tener que esconder lágrimas y rubor, nerviosismo pasando a otra página... y qué habrá hecho? ¿Fijar la mirada, leer con atención cada palabra, intentar mantener la misma expresión de domingo en familia?

Para que veas, tonta, que el mundo no gira a su alrededor: gira al tuyo.

martes, 22 de mayo de 2007

Pesadilla en laotra street


Tan escondida que me has tenido que buscar en sueños. Me has despertado envuelta en sudor, maldiciéndote por interrumpir mi descanso de ti.


Ha sido cruel que ella contestara mi mensaje. Han sido crueles las opciones disponibles:


a) Contesta por su cuenta y riesgo porque estás en la ducha.

b) Contesta cómplice porque le has contado todo y quieres demostrarle que no te importo nada.


Pero se queda sin respuesta.
Cargará el coche y dudará si ella es la otra.

jueves, 10 de mayo de 2007

Sábado, o más mentiras, o yo

He visto zarpar barcos, alejándome del conferenciante y acercándome a mi mundo, al otro...

Me gusta imaginar que te alojarás en el mismo hotel y me echarás de menos, con el móvil entre las manos, dudando si marcar mi número para volver a susurrarnos.
Me gusta imaginar que olerás el aire gris de esa ciudad gris buscando algún rastro de mí, y que vigilarás los taxis por si me ves dentro.
Me gusta imaginar que te despistarás como yo en una mesa redonda y que decidirás, como yo, que ya está bien de soñar despierto con imposibles.

Me gusta imaginar que me buscarás el sábado, aunque no puedas encontrarme, aunque no quiera que me encuentres.
Me gusta imaginar que pensarás en mí. Quiero que pienses en mí.

Quiero que, al menos, pienses en mí. Alguna noche antes de dormir.

Y volver a encontrar el tiempo en el calendario.

martes, 8 de mayo de 2007

¿Procuro olvidarte?

Procuro olvidarte, dice la canción. También yo. Pero no me lo pongo fácil. Ni tú colaboras.
Hoy te presentas, delante y lejano. En plena discusión laboral. Hombre, mujer, lejano y frío.

Mis manos se quedan más heladas que de costumbre, sudan, tiemblan torpes sin saber si en la cintura, en el bolsillo. Y se crecen conmigo, también fría, lejana, delante.

Me desconcentro, pierdo el hilo de mi argumento, me ganarán la batalla. Esa y la que tengo contigo, la de la conversación pendiente. Tu silencio, tu justificación, qué me importan ahora tus viajes, ¿ahora te acordarás de mi cumpleaños? ¿Tendrás alguna excusa, alguna disculpa?
Nada. Que si mi pelo está más oscuro, y no, míralo, rubio y frío, tan indiferente como quieras serlo tú. Hasta que rompes esa muralla de hielo con la risa, siempre tu risa, tus historias con hacienda, las anécdotas electorales. Y me haces reír con las manos frías.

Supongo que simplemente son los temas políticamente correctos, la forma de esquivarnos a nosotros mismos. Sin embargo atacas a los típicos puntos flacos femeninos: más delgada, sí, y tú no lo dices, pero más guapa cuando me siento mirada por tus ojos. No tenemos remedio y yo soy más gilipollas que tú.
Y te vas como has llegado, sin avisar. Y me quedo sin saber si me sienta bien volverte a ver, porque estoy, como cuenta Ismael Serrano, jodida y radiante.

lunes, 7 de mayo de 2007

La mentira

No como en el anuncio: que levante la mano quien haya sido siempre fiel. Como en la oración, de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa y por la del otro.
No tengo nada que reprochar. También he caído en la tentación de probar otros seres humanos sin guardar turno. Dos a la vez, tres a la vez. Suena despreciable. Por eso no tengo nada que reprochar.
Y comprendo el estrés de tantas vidas paralelas. Comprendo por qué al final me dejaste.
Lo único que nos diferencia es que el peso de mi conciencia me hizo quedarme sola. ¿Cómo tú, sin embargo, puedes seguir con ella? Mirarla a los ojos como si la hubieras amado toda la vida... ¿qué has hecho con esos paréntesis que viviste conmigo? ¿Cómo, cuéntame cómo puedes seguir viviendo con una mentira dentro? Explícamelo, porque ahora me siento sucia sólo de estar escribiendo sobre ti.

domingo, 6 de mayo de 2007

Yo espero, tú esperas

El mundo ha creado una nueva forma de esperanza, la de reenvía y en diez minutos tu deseo se cumplirá. A mí no se me ha cumplido, pero me queda una oportunidad: esta noche, entre la una y las cuatro, el amor de mi vida me hará una señal. Son maneras de no olvidar que sólo nosotros podemos desear, ahora que las velas de las tartas desaparecen si éstas no son light, sin azúcar y con bífidus activo. Los mails y el calvo de la lotería de navidad.

ÚLTIMA ENTREVISTA (Cristina Peri Rossi)

La última entrevista fue triste.
Yo esperaba una decisión imposible:
que me siguieras a una ciudad extraña
donde sólo se había perdido un submarino alemán
y tú esperabas que no te lo propusiera.
Con el vértigo de los suicidaste dije:
« Ven conmigo» sabiéndolo imposible
y tú -sabiéndolo imposible- respondiste:
«Nada se me perdió allí» y diste la conversación
por concluida. Me puse de pie
como quien cierra un libro
aunque sabía -lo supe siempre-
que ahora empezaba otro capítulo.
Iba a soñar contigo -en una ciudad extraña-,
donde sólo un viejo submarino alemán
se perdió.
Iba a escribirte cartas que no te enviaría
y tú, ibas a esperar mi regreso
-Penélope infiel- con ambigüedad,
sabiendo que mis cortos regresos
no serían definitivos. No soy Ulises. No conocí
Itaca. Todo lo que he perdido

"Inmovilidad de los barcos" 1997

sábado, 5 de mayo de 2007

En aquel momento


No hay nada especial. Allí llueve y aquí no. Una sábado de jornada intensiva, papeles que reutilizar escribiendo versos que siempre tiro a la basura, las cosas que no hago por investigar la vida de otras mujeres Penélope. Y no hay nada especial en la mía. Seguramente ni siquiera soy la única amante del marido bandido. Para cuántas más habrá tenido que comprar otro teléfono móvil. A cuántas habrá asustado: "mi mujer sospecha algo". A cuántas habrá sacado del sueño y de la cama. A cuántas habrá dicho "no quiero hacerte daño"...


Esas dudas ya no me corresponden. Me queda desear haber sido la única otra, al menos en aquel momento.


martes, 1 de mayo de 2007

Si hubieras llevado tres copas...

Y al final del concierto me puse a buscar tu cara entre la gente. Y no hallé quien de ti me dijera ni media palabra, parecía como si me quisiera gastar el destino una broma macabra.
No había nadie detrás de la barra del otro verano, y en lugar de tu bar, había una sucursal del banco Hispanoamericano. Tu memoria vengué a pedradas contra los cristales.
- Sé qué no lo soñé! - protestaba, mientras me esposaban los municipales.
En mi declaración alegué que llevaba tres copas, y empecé esta canción en el cuarto donde, aquella vez, te quitaba la ropa. (Sabina)

En otras versiones también de mí misma acabo borracha y dormida, desperdiciando la oportunidad de que ella asista a un programa de mujeres cornudas y abandonadas. Pero en esta versión no sirvió de nada la última noche. Como si no hubiera existido un taxi perdido entre el tráfico o tu miedo a ser descubierto por la familia de vacaciones en la playa. Sé que no lo soñé porque guardo las pruebas en bolsitas policiales: la servilleta de la cafetería donde desayunamos tu vergüenza y la mía, las facturas de otro hotel que no era a cargo de la empresa, el billete del cercanías de aquella mañana sin beso en el andén. Sé que no lo soñé y tú sólo deseas que todo haya sido un sueño. Te aguantas.

viernes, 27 de abril de 2007

Apariciones

Claro que parece mentira.

Si no supiera que es la típica broma cíclica de mi puto destino, pensaría que me he vuelto loca.

Por eso será que tengo un blog. Por eso puedo dejar constancia de que no has muerto. Justo ahora que empezaba a importarme menos. Quizá porque me has descubierto y, por si tienes dudas, que sepas que aún no me ha volado el viento, que sigo teniendo única nacionalidad, que ya coincideremos fuera del centro comercial.

Por si tienes dudas, te contaré de Zaplana, discutiremos temas políticos, me dirás lo que te devuelve hacienda, qué curioso, justo hoy que no he podido declarar.
Por si tienes dudas, esta noche tampoco dormiré sola, no espantes a mi amante a esas horas, aprovecha el puente y que se tueste ella en esa chimenea rural, que a mí con esas ya no me conquistas.
Por si tienes dudas, soy aquella que no recuerda si te comunicó su cambio de trabajo, aquella que no recuerda la última vez que te vió partir, aquella que para recordar apunta cositas sueltas en este folio negro.

Por si tienes dudas: sigo resucitada aunque impactada, pequeño fantasma blanco impuro.

jueves, 26 de abril de 2007

Resurrección


Me he acostumbrado a que hayas dejado de existir.

Hasta el punto de que si te aparecieras
temblaría por estar viendo al
fantasma
que te envuelve dándote esa palidez que antes era suave
y ahora... no lo sé.

Me he acostumbrado al silencio,
a conversar sólo con las bombillas,
a sentirme libre en esta cárcel
de recuerdos
sin sentir que soy una mala actriz.

Me he acostumbrado a mirar tranquila las esquelas,
a oír nombres de ciudades
sin más ambición que saber si dirán pronto la mía
y lloverá,
a pasear para mí misma sin recopilar lugares
o heladerías donde compartir sabores.

Me he acostumbrado a imaginar que nunca pasó nada,
a inventar otras páginas de pasado más
decente,
a desear y a amar a soldados nobles
de corazón y guapos de armadura.

Me he acostumbrado a no querer saber más. Y he ganado.




miércoles, 18 de abril de 2007

No conectado

MSN Messenger



Un domingo cualquiera de resaca
me desconciertas.
Yo me alegro de volver a verte
y tú me preguntas:

¿Cómo te llamas, de dónde eres?

Casi dos horas mal invertidas
de mi tiempo. Ayer éramos íntimos
amigos y hoy eres alma perdida
que juega a coleccionar desconocidos.

Mientras me ofendo
pero respondo de nuevo a tus preguntas,
no salgo de mi asombro
cuando insistes:

Mándame una foto. ¿Me pones la webcam?

Y apenas me das tiempo para contestar.
Ni siquiera para rechazar
la prisa de tus hormonas
clavándose por mi espalda.

Después de unos días eliminas mi contacto
de tu lista, quedándote con la duda
de mi imagen,
y sin la miel de unos labios
que valen más
vestidos que tú desnuda.


Eduardo Cassano http://www.eduardocassano.com/sintulatido/msn.mht

domingo, 1 de abril de 2007

¿Y cómo es él?

La he visto en fotos, no desperdiciabas oportunidades. No es fea, aunque vestida de novia sí. Tú también, parecías un camarero venido a menos. Sé cómo es, y a qué dedica el tiempo libre. En eso sí que es fea: lo dedica a ligar por internet y a chatear con quinceañeras, a enfermar y a preocuparte. No sé en qué lugar se enamoró de ti, ni quiero saberlo. Perales es más dramático que yo.

Algo se rompió en la línea del tiempo. Fue la muerte, u otro camino equivocado, lo que hizo que nuestras vidas sean líneas perpendiculares, cortadas en un punto que ya pasó. Ahora que ganó la cobardía, mi espacio pisa el tuyo, y desapareces como el humo, o casi...

Nos encontraremos en unos grandes almacenes, y por si acaso ya pactamos que seré una universitaria extranjera, años sin vernos, ¿te casaste? Encantada de conocerte. La veré de nuevo y ella adivinará que conozco sus agujeros negros, sabrá que soy yo la carta secuestrada, los labios sin arder, la vendedora de fósforos.

Entonces quizá se sienta como el árbol caído en medio de nuestra carretera. Aunque eso lo somos los tres.

lunes, 12 de marzo de 2007

Para vivir al norte de...

CANCIÓN 19 HORAS

¿Quién habla del amor? Yo tengo frío
y quiero ser diciembre.

Quiero llegar a un bosque apenas sensitivo,
hasta la maquinaria del corazón sin saldo.
Yo quiero ser diciembre.

Dormir
en la noche sin vida,
en la vida sin sueños,
en los tranquilizados sueños que desembocan
al río del olvido.

Hay ciudades que son fotografías
nocturnas de ciudades.
Yo quiero ser diciembre.

Para vivir al norte de un amor sucedido,
bajo el beso sin labios de hace ya mucho tiempo,
yo quiero ser diciembre.

Como el cadáver blanco de los ríos,
como los minerales del invierno,
yo quiero ser diciembre.


Luis García Montero

domingo, 11 de marzo de 2007

¿Despierta, imbécil? Otro sentido más...

Cuando uno es egoísta se puede olvidar con facilidad de qué día es hoy.

Felicidades.
Vete a la mierda.
¿Por qué?
Por la muerte.
¿Por eso?
No.
¿Por qué?
Por los trenes.
¿Por eso?
No.
¿Por qué?
Vete a la mierda.

Como muchos, imaginando vidas posibles, finales posibles, pierdo el sentido de la verdad. La verdad es que él murió y todo lo demás es imposible que suceda. No está, y punto. No está.

viernes, 9 de marzo de 2007

Disfraces y máscaras...

Soy joven. Sana, fuerte y guapa. Tengo lo que quiero, o casi. Puedo ser muy feliz.

He tenido amor, amores, más de uno en cada ocasión. No es un orgullo, es simplemente haber vivido.

He dicho que no y he dicho que sí. Y en mi boca ha estado el futuro, en mis piernas las respuestas.

Me he hecho mujer a base de colecciones de lágrimas y camas. Los títulos no me han enseñado a salir a flote, no me han enseñado nada que merezca la pena ser contado.

Y de monjita misionera pasé a desmelenarme como una sinvergüenza asesina de corazones. No es un orgullo. Es lo que he vivido.



Por eso el 11 de marzo tendré mi cuarta fiesta de disfraces.

miércoles, 7 de marzo de 2007

R.I.P.

Ella tenía mi edad, un coche gris y un mismo camino.

Él buscó sus siglas. Y se atrevió a llamar cuando vió que no era yo.

Ella no sabe ni sabrá que por una vez él tuvo miedo.
Ella nunca sabrá que por una vez me sentí querida.

Alguien a quien rezar.

martes, 27 de febrero de 2007

Las flores, cuando me muera

Qué tontería.
Qué inutilidad.
Tantos años y aún no rosas, no espinas, no flores. De nadie más que él, que me amó menos pero me dio más.
Y los otros sin aguardar turno. Y nadie, nadie... Ruiseñores esperando en las lomas, nombres apuntados en el calendario, sabor a tabaco en una boca parecida a la suya (de lejos, tan de lejos!).
Empieza a ser el momento de dejar de esperar nada de nadie. Y si esta noche me muero pensaré sólo en mí y en lo hermosa que estaré pálida y fría y sola.

jueves, 8 de febrero de 2007

Suicidio diario

Muere una palabra en la boca. Los labios crujen entreabiertos y secos antes de que la mano los cierre. Un cortejo la compaña hacia dentro, coche y coronas que se clavan en las paredes rojas y oscuras. Su ataúd va forrado de irracionalidad. La caja es de madera innoble. Las plañideras abundan, se asoman a las ventanas y alguna derrocha su vida en un esfuerzo de sal. El ocaso guía por un vial de cipreses. Un alto en el camino, los muertos no tienen prisa. Se ríen los que salen del restaurante de en frente, y los que pegan sus narices rojas al cristal de las ventanas. Ya puede continuar. Pocos amigos y familiares... hay vergüenza en el aire, como si de un suicidio se tratara. Tal vez es un suicidio. Cementerio de roja hierba, de arces de oro y otoño. El sepulturero es supersticioso. Él no quiere clavar la pala. Lujos de funcionario. Y la palabra se descompone en letras desparramadas y perdidas sobre el terciopelo... a la vista de quien sí puede enterrar a sus muertos.

martes, 6 de febrero de 2007

Vivir en una fotografía

Debería dejar morir los recuerdos. No puedo sostener la memoria de dos. ¿A que no te acuerdas?

domingo, 4 de febrero de 2007

Para mi Penélope

Un temor de horas le recorre el cuerpo.
Interroga al reloj. Un minuto más, un minuto más.
Un libro de Montero tiembla en sus manos.
Persigue normalidad tras la poesía y sólo alcanza las letras de su nombre.
Un boli y un cuaderno. Escribir, escribir. Olvidar que pasa el tiempo.

Ella se levantó temprano. El oráculo predijo el encuentro.
Unas bragas, un pijama y la cámara de fotos.
Breve maleta preparada que espera su regreso.

Y el cepillo ríe, y ríe el pijama, y todo.
Ríen las cremalleras, abiertas, ríen los cierres, ríe todo.

El día pasa, rápido y lento. El sol baja, suben los nervios.
Ella espera en la ventana. Espera esa llamada. Espera y no pasa nada, sólo tiempo.

Llegará, dale tiempo. Llegará, dale tiempo.
Confía, esta noche seréis un solo un sólo cuerpo.
Habla consigo misma. Él calla. Silencio.

Calla porque llega, calla porque calla.
Calla por un sí o calla por un no.
Y como la ausencia de noticias es buena noticia
ella espera en la ventana, mira el horizonte y sus agujas... y espera.

Un reloj de plata fría que no para.
Ahora, ahora llama,
en el próximo minuto, en la próxima mirada.

Coge la escoba, ordena los libros, vuelve a hacer la cama.
Su príncipe no la recoge... Cenicienta se queda en casa.
Ella piensa en otra ducha, sobra ceniza en su cara.
Y él la verá limpia, aunque sea en la noche avanzada.

No le importa el retraso, aunque la carretera es amarga.
No le importan las horas, aunque la noche atropella los pasos.
Pero naufraga en el temor.

El temor de la duda que golpea en el tictac.
El temor de la duda en la mueca del reloj.
El temor de la duda en la risa de sus cosas aguardando esa huida desde las doce.

Porque sus cosas saben más de él y saben más de ella:

el cepillo ríe, y ríe el pijama, y todo.
Ríen las cremalleras abiertas, ríen los cierres, ríe todo.

sábado, 3 de febrero de 2007

El silencio

No puedo hacerlo. No puedo.
Me espera su mirada
y yo apago la luz. No puedo.
No hubo promesa,
pero para ella mi lengua es
palabra sagrada.
Lo sé, y aún así no puedo.
Desdigo mis letras. Lloro el fraude.
Y olvido.
Olvido que sé leer, olvido que sé escribir.
Olvido que debo responder.
Y no me odia.
¿Qué amará de mí esa mujer fatal?
La noche fría y negra,
la rabia te trae a mi cuerpo arrinconado.
Mi odio te busca para consolarse.
Mi revancha necesita de tus brazos.
Te uso y desuso. Me dejas usarte
de trapo y limpio los restos
de mi infidelidad.
Y limpio el negror de
mi amarillo y el suyo.

De cuando los amantes de Teruel se hicieron añicos

Mira Penélope la bolsa azul
llena del vacío de su presencia,
lejana.
Mensajes de botella en un mar
en calma desatan agujeros
negros como su alma.
¿Qué hacer cuando no hay
que hacer nada?
Cuando la nada todo lo puebla,
cuando la nada inunda
la mirada.
Mira Penélope la caja naranja,
vacía de sexo, de
cuerpo de plata.
Traiciones con y sin palabras,
las piernas tiemblan por
piernas lejanas.
Ojos que se pierden en muchas miradas.
Ojos que mienten y desnudan a
otras reinas destronadas.
Cuando Penélope abandona la sala
enmudece la música con telarañas.
Penélope de discoteca, llanto y playa.
Penélope de mentira, Penélope olvidada.

martes, 30 de enero de 2007

Anormal.

Lo normal es no saber dónde te metes. Es normal no saber si estás vivo o eres un número de las carreteras. Leer las esquelas de los periódicos sabiendo que no pondré flores en tu lápida. Es normal seguir con el despertador a las 7 y tú con tu turno, ajeno a mi tiempo. Normal el silencio del teléfono a cualquier hora, porque a cualquier hora perseguía tu voz a la mía. Era normal que siempre marcaras tú, no sé si es normal que recuerde con una claridad terrible tu número... ¿Qué haces con el mío? ¿Cómo lo explicas si lo guardas? ¿Cómo llamarme si lo has hecho perder? No, no, volvamos a la normalidad. Lo normal es que nunca me vuelvas a llamar. Y que no lo espere.

Y no lo espero. Sólo me gustaría verte la patita enharinada bajo una puerta un día de estos, antes de que simplemente, con toda la normalidad del mundo, me felicites por mi cumpleaños...

lunes, 22 de enero de 2007

Tu peor error

¿Te he asesinado?

Hace tiempo que comento con la almohada que tal vez y para ti soy una carga, hace tiempo que ya no le creo nada y he notado tu sonrisa un poco cansada.
Con los dias se amontonan los momentos, que perdimos por tratar de ser sinceros. Y aunque no me creas, creo que aun te creo. Y aunque no me quieras, creo que aun te quiero.
Yo, perdida entre la confusion, de no saber si si o si no… Voy esquivando tus miradas. Yo, que he sido tu peor error me quedo con la sensacion, de no tener las cosas claras.
He tocado con la punta de los dedos, ese cielo que prometes con tus besos. Como un niño me crei todos tu cuentos, y aunque tu me entiendas… Yo ya no te entiendo.
Solo quiero los recuerdos de ese invierno que pasamos enterrando sentimientos. Y aunque no me creas, creo que aun te creo. Y aunque no me quieras, creo que aun te quiero.
Yo, perdida entre la confusion, de no saber si si o si no… Voy esquivando tus miradas. Yo, que he sido tu peor error me quedo con la sensacion, de no tener las cosas claras.
He sido yo, lo amargo de tu voz, la mala entre nosotros dos y no pasa nada.
Se apaga la luz, si busco y no estas tu, si el tiempo no nos dijo adios, y todo se acaba…
YO!
Yo, perdida entre la confusion, de no saber si si o si no… Voy esquivando tus miradas. Yo, que he sido tu peor error me quedo con la sensacion, de no tener las cosas claras.


(La quinta estación)

domingo, 7 de enero de 2007

Antes de que me consuma

Lo único cierto es que hoy, a estas horas, te odio profundamente... Por lo de siempre: asomar la patita y desaparecer fulminantemente. Y porque nunca podré ir a tu entierro. Te odio.

Traición o respiro

A veces tengo vergüenza de mí y de esto. Y del desvelo pensando qué inventar sobre la verdad de tus llamadas antes de que amanezca. Y me pregunto de nuevo si te reconocerías...

La otra noche no quise castigarlo. De alguna manera, simplemente, me liberé de esta disponibilidad que no merece. ¿Que se acordaba de mi sonrisa? Y yo de su boca más veces al día, pero no lo saco de la cama.

Ahora reconócete. Soy tú, y estaba acompañda, ¿te suena?

Por dentro sigo sola, malditamente sola contigo...
¿Cuándo podré olvidarte? Tú ganas: nunca.