sábado, 3 de febrero de 2007

El silencio

No puedo hacerlo. No puedo.
Me espera su mirada
y yo apago la luz. No puedo.
No hubo promesa,
pero para ella mi lengua es
palabra sagrada.
Lo sé, y aún así no puedo.
Desdigo mis letras. Lloro el fraude.
Y olvido.
Olvido que sé leer, olvido que sé escribir.
Olvido que debo responder.
Y no me odia.
¿Qué amará de mí esa mujer fatal?
La noche fría y negra,
la rabia te trae a mi cuerpo arrinconado.
Mi odio te busca para consolarse.
Mi revancha necesita de tus brazos.
Te uso y desuso. Me dejas usarte
de trapo y limpio los restos
de mi infidelidad.
Y limpio el negror de
mi amarillo y el suyo.

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