domingo, 6 de mayo de 2007

Yo espero, tú esperas

El mundo ha creado una nueva forma de esperanza, la de reenvía y en diez minutos tu deseo se cumplirá. A mí no se me ha cumplido, pero me queda una oportunidad: esta noche, entre la una y las cuatro, el amor de mi vida me hará una señal. Son maneras de no olvidar que sólo nosotros podemos desear, ahora que las velas de las tartas desaparecen si éstas no son light, sin azúcar y con bífidus activo. Los mails y el calvo de la lotería de navidad.

ÚLTIMA ENTREVISTA (Cristina Peri Rossi)

La última entrevista fue triste.
Yo esperaba una decisión imposible:
que me siguieras a una ciudad extraña
donde sólo se había perdido un submarino alemán
y tú esperabas que no te lo propusiera.
Con el vértigo de los suicidaste dije:
« Ven conmigo» sabiéndolo imposible
y tú -sabiéndolo imposible- respondiste:
«Nada se me perdió allí» y diste la conversación
por concluida. Me puse de pie
como quien cierra un libro
aunque sabía -lo supe siempre-
que ahora empezaba otro capítulo.
Iba a soñar contigo -en una ciudad extraña-,
donde sólo un viejo submarino alemán
se perdió.
Iba a escribirte cartas que no te enviaría
y tú, ibas a esperar mi regreso
-Penélope infiel- con ambigüedad,
sabiendo que mis cortos regresos
no serían definitivos. No soy Ulises. No conocí
Itaca. Todo lo que he perdido

"Inmovilidad de los barcos" 1997

2 comentarios:

elnaveiras dijo...

¿llegó la señal?

Anónimo dijo...

Pues no. Como canta Shakira, "no has aparecido, me falló mi instinto..."