martes, 1 de mayo de 2007

Si hubieras llevado tres copas...

Y al final del concierto me puse a buscar tu cara entre la gente. Y no hallé quien de ti me dijera ni media palabra, parecía como si me quisiera gastar el destino una broma macabra.
No había nadie detrás de la barra del otro verano, y en lugar de tu bar, había una sucursal del banco Hispanoamericano. Tu memoria vengué a pedradas contra los cristales.
- Sé qué no lo soñé! - protestaba, mientras me esposaban los municipales.
En mi declaración alegué que llevaba tres copas, y empecé esta canción en el cuarto donde, aquella vez, te quitaba la ropa. (Sabina)

En otras versiones también de mí misma acabo borracha y dormida, desperdiciando la oportunidad de que ella asista a un programa de mujeres cornudas y abandonadas. Pero en esta versión no sirvió de nada la última noche. Como si no hubiera existido un taxi perdido entre el tráfico o tu miedo a ser descubierto por la familia de vacaciones en la playa. Sé que no lo soñé porque guardo las pruebas en bolsitas policiales: la servilleta de la cafetería donde desayunamos tu vergüenza y la mía, las facturas de otro hotel que no era a cargo de la empresa, el billete del cercanías de aquella mañana sin beso en el andén. Sé que no lo soñé y tú sólo deseas que todo haya sido un sueño. Te aguantas.

3 comentarios:

elnaveiras dijo...

¡que se joda! ;-)

Anónimo dijo...

¿A él le pitan los oídos muy a menudo, verdad?

La otra dijo...

Qué menos! No?