domingo, 3 de diciembre de 2006

Te juro que era buena chica

Justine tiene una vida vacía, y su empleo en el mediocre Retail Rodeo es sólo una extensión de este mundo insulso en el que no ha podido embarazarse de su esposo Phil, con lo que se ha llegado a preguntar si se debe a la marihuana que él fuma con su mejor amigo. Holden, otro empleado del centro comercial, es quizás su alma gemela, ese deseo aislado y eterno de todos los que alguna vez soñamos con hallarlo... ¿Es Justine la chica buena del título? ¿Puede hacer una elección correcta entre su dependiente esposo y el novedoso amante perturbado?
Una buena introducción, sólo bastan 5 minutos y ya podemos sentir ese insufrible hastío suburbano; un diálogo en off y breves secuencias y casi podemos sentir el sudor y el ambiente de ese Retail Rodeo, ese mundo donde nada sucede.
Nada. N-A-D-A.
Y de pronto, en medio de ese mundo donde quizás el marido tiene mala simiente, donde la marihuana es una forma de escape, y donde los empleos no ofrecen mucho qué contar, una pequeña luz, una forma de esperanza en medio de la desesperanza y el hastío, una pequeña muestra de algo novedoso. Holden está ahí, con intenciones de sujetar y ser sujetado. Un par de seres con necesidad, un par de vacíos que aspiran a probar que dos vacíos muy grandes no dan como respuesta un vacío aún mayor sino un lleno, al menos uno moderadamente lleno.
Holden representa un escape, un mundo nuevo, un despertar emocional y sexual... pero como todo escape, hay inconvenientes, y el asunto pasa de aventura a obsesión, y Justine se enfrenta a la otra cara de la moneda: un caos de amor, chantajes, y problemas relacionados.
Una hermosa chica (Jennifer Aniston), en un suburbio como muchos en los EUA, y una muestra de que en esos pequeños sitios -de otros sitios que tampoco son grandes- no perdona: la chica bonita se enamora, y el futuro es un auto de clase media, una casa de clase media, un marido pintor de casas, un empleo de clase media y una vida de clase media, no exactamente la que venden las revistas.
Pero Holden escribe, y tiene una carta.
La verdad es que esta carta que logra iniciar el conflicto no es por completo convincente (el detalle de la sangre y el amor de tipo adolescente me parece forzado), pero en un mundo vacío quizá cualquier texto hubiera logrado ese mismo efecto: sangre o poesía, el resultado es el mismo si sólo se trata de aferrarse a la novedad (que es, a fin de cuentas, uno de los principales motores de infidelidad). ¿Es creíble que un pseudo-escritor logre algo así? Como se llega a expresar, los ojos son parte de lo llamativo. “Tienes ojos de odiar al mundo. Yo también lo odio.” La frase resume la propuesta: un vacío enorme que detecta vacíos, un sensor maestro capaz de detectar un deseo de llenar, de tener, de ser capturado, y la expresión de Holden (un atormentado Jake Gyllenhaal) sí es convincente en este sentido (quizá más que su actuación global, pues Gyllenhaal convenció con Donnie Darko, pero creo que ya es hora de que cambie de registro pues parece que no tiene otro en su haber).
Después de la oscuridad, la luz, un pequeño brillo. ¿Lo dejas ir? “¿Te vas a la tumba con vida sin vivir en el interior de tus venas?”. La propuesta de un romance como luz en este mundo es la misma de muchas otras cintas, pero la variante aquí es que no es tal luz: es sólo un intento de luz, un intento de vida en una vida que al no tener nada se aferraría a cualquier cosa. La muerte de una compañera de trabajo como catalizador de moral y de ideas de “si-muriera-hoy...” no es una causa fuerte de cambio, pero basta para la historia, y para poder mostrar algo real en lo que vemos: la misma Justine sabe lo que hace (pese a que trata de venderse la idea de que no lo sabe), y sabe que las palabras base son simples: adúltera, egoísta, mentirosa...
¿Puede ser peor? Sí, pues un detalle de ‘salvación’ de un amigo, un chantaje sexual, simboliza un nivel de decadencia en este juego de vida. El detalle es excesivo como espiral de caos, pero digamos que refuerza bien el punto. No importa si se maquilla como elemento de comedia dramática, la realidad mostrada en este incidente no admite burlas.
¿Aniston? Su papel confirma que puede dedicarse a cosas serias, ofrece un personaje entrañable pero odioso, una nueva musa del mundo actual suburbano en los EUA. La imagen no gustará a muchos: sin glamour y en depresión no es tan llamativa, pero esto refuerza el hecho de que logró un buen papel y es por mucho lo mejor de la cinta; la chica buena ofrece un rol convincente que le lanzará al círculo de quienes, además de la cara bonita, pueden también actuar y encuentran un papel que explota este hecho.
Sobre la temática y el final, pese a que la cinta trata sobre la frustración, las opciones (hay una parte en la que la encrucijada es física, un semáforo que ofrece disyuntivas) y sobre la bondad de una chica, no todo es lo que parece... Una bondad que no es la idea inicial de la protagonista, pero que tampoco es la que se nos ofrece en la resolución. La bondad no es sólo la de seguir las normas sociales, la bondad es más compleja, y aquí la cinta propone un tema sin aspirar a concluirlo, pues pese a acciones buenas, el resultado no siempre es el ideal, y pareciera que la chica buena sigue queriendo ser buena..Un final con sonrisas, pero en un mundo plagado de lágrimas, la contradicción y las acciones buenas, no tan buenas, y enteramente malas, sigue puesta en la mesa...
Una buena propuesta de cine de bajo presupuesto, un gancho comercial tremendo con la chica estelar, y una cinta que sin ser soberbia se gana el atenderla, sea por ver a la Aniston actuando, o por ver algo de juego moral en una suburbia americana que no suele mostrarse en el cine actual, un mundo alejado del que comúnmente se asocia al bienestar clasemediero de los EU.
A fin de cuentas, ese medio lleno sigue siendo también un medio vacío... ¿o no?

http://www.cinenganos.com/pelicula/GoodGirl/

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