Ella tenía mi edad, un coche gris y un mismo camino.
Él buscó sus siglas. Y se atrevió a llamar cuando vió que no era yo.
Ella no sabe ni sabrá que por una vez él tuvo miedo.
Ella nunca sabrá que por una vez me sentí querida.
Alguien a quien rezar.
miércoles, 7 de marzo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario