Soy joven. Sana, fuerte y guapa. Tengo lo que quiero, o casi. Puedo ser muy feliz.
He tenido amor, amores, más de uno en cada ocasión. No es un orgullo, es simplemente haber vivido.
He dicho que no y he dicho que sí. Y en mi boca ha estado el futuro, en mis piernas las respuestas.
Me he hecho mujer a base de colecciones de lágrimas y camas. Los títulos no me han enseñado a salir a flote, no me han enseñado nada que merezca la pena ser contado.
Y de monjita misionera pasé a desmelenarme como una sinvergüenza asesina de corazones. No es un orgullo. Es lo que he vivido.
Por eso el 11 de marzo tendré mi cuarta fiesta de disfraces.
viernes, 9 de marzo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario