jueves, 26 de abril de 2007

Resurrección


Me he acostumbrado a que hayas dejado de existir.

Hasta el punto de que si te aparecieras
temblaría por estar viendo al
fantasma
que te envuelve dándote esa palidez que antes era suave
y ahora... no lo sé.

Me he acostumbrado al silencio,
a conversar sólo con las bombillas,
a sentirme libre en esta cárcel
de recuerdos
sin sentir que soy una mala actriz.

Me he acostumbrado a mirar tranquila las esquelas,
a oír nombres de ciudades
sin más ambición que saber si dirán pronto la mía
y lloverá,
a pasear para mí misma sin recopilar lugares
o heladerías donde compartir sabores.

Me he acostumbrado a imaginar que nunca pasó nada,
a inventar otras páginas de pasado más
decente,
a desear y a amar a soldados nobles
de corazón y guapos de armadura.

Me he acostumbrado a no querer saber más. Y he ganado.




No hay comentarios: