martes, 18 de agosto de 2009

Los otros




Ayer nos vimos casualmente, al menos por mi parte. Te imagino acechándome tras el ficus y planeando el saludo y la despedida. Con tus prisas, más de lo de siempre. Lamentándote, también más de lo de siempre. Quizá tengas razón: no me hubieras hecho feliz. Pero yo quería probarlo. El caso es que me dijiste que hoy nos veríamos. Soy tan pava que te creí. Lo que más odio es esperarte y ya me ves practicándolo de nuevo. Otro plantón.


Cuando he vuelto me he dedicado a buscar aquella disculpa de aquella vez que me dejaste como a un perro en la cuneta de la existencia... No quedan restos... Y no recuerdo si fue mi furia la que la hizo desaparecer, porque sólo recuerdo la furia como un charco de barro sin matices reflejados.

Eso fue lo que me hizo temblar. El inicio de un camino arrollada por la verdad. Me lamieron las heridas. ¿Dónde estoy ahora? ¿Por qué los otros siguen aquí y tú no? Todavía te quiero, ¿y tú?
¿Dónde estás ahora? ¿Donde estoy yo?

El mío es...

Esto es de lo mejor que he encontrado por la red últimamente, del Diario de una gorda triste

EL INOCENTE

Es el que jura y perjura que "nunca había hecho esto", que se siente fatal por lo que está haciendo a su mujer, que se autoconvence de que has sido tú, mujer pérfida y despiadada, la que has ido a por él, usando tus malas artes de bruja, para llevártelo al huerto. Él no quería, intentó resistirse, pero no pudo porque le embrujaste, zorra, con tu escote provocativo y tu pose sensual. Con lo que él quiere a su mujer...

La primera noche se levanta rápidamente de la cama, se viste y se va, con la excusa de que se le ha hecho muy tarde. Si vuelve a llamar, tarda un mes o así y lo hace con la excusa de "saber cómo estás".

Al principio lo del pobrecito inocente quizás cuela un poco pero cuando pasan los meses y sigue llamando para provocar encuentros furtivos... tate, aquí hay tomate. O su amor conyugal no es tan fuerte como manifiesta o es que follas como Dios.

Si no percibe peligro por ser descubierto se enganchará como una lapa, pero que quede siempre bien claro que eres tú la que le incitas al pecado, él es débil y no sabe decir que no.

A veces tiene su gracia porque es fácil jugar con ellos.


EL CABALLERO

Pase lo que pase, siempre es un caballero. Te trata como una reina en cualquier circunstancia: pregunta tu disponibilidad, no se queja ante una negativa, es detallista, cariñoso... Vamos, el sueño de cualquier amante. Recuerda el nombre de tu vino favorito y trae una botella cuando le invitas a cenar y dice, toooodo el tiempo, lo guapa, lo sexy y lo maravillosa que eres.

Cuando llama después de un par de semanas de no saber nada de él explica que "no quería molestar". Se puede convertir en un fantástico amigo, incluso aunque se acabe la relación sexual. Sabe tan bien como tú cuando se ha acabado todo y se retira dignamente, sin sonrojos ni escenas.

Una joya, vamos.


EL VERDUGO

En un incomprensible alarde de estupidez, proyecta su culpa y, ante cualquier manifestación de desacuerdo, suelta esa bonita sentencia de "aquí somos dos y somos igual de culpables". Ya pero es que yo no tengo ninguna obligación, no soy culpable de nada, si estoy aquí es porque quiero y es posible que ya no quiera. Estos duran poco: la culpa les corroe (sí, aún quedan) y son un coñazo. Pero ¡cuidado! son peligrosos.

Su indignación no conoce límites y si te pilla coqueteando con alguien en un pub es posible que se acerque y le cuente al susodicho cualquier burrada sobre ti, para que se aleje y que sientas lo mismo que él sintió: el rechazo. También se le conoce como "a que jode que te dejen tirada ¿eh? a qué jode", o algo así.

Tengo la intuición de que, a veces, este especimen aparece ante la sospecha (fundada o no) de haber sido engañado por su mujer. Cree el ladrón...


EL DESATASCADOR

Es el mejor, lo tiene todo muy clarito. Viene, folla y se va. Si una tiene la suerte de mantener a su ladito uno de estos durante un tiempo el sexo es la bomba.

No habla de su familia, de su trabajo o de su equipo de fútbol. No se implica y, lo más importante, no deja que tú te impliques. Ni da ni pide explicaciones. Nunca. Lo único que pide es buen rollo y disposición y, si no lo hay, no pasa nada, otro día. Sin más.

Es bueno para el ego porque sabes que no le gusta perder el tiempo y que si está contigo es porque le gusta follar contigo. Y cuando eso viene de un pililator, uf, es un gran halago.


EL SÚPER PAPÁ

A los cinco minutos de estar en tu cama te trata como si fueras su mujer, te mira a los ojos y te besa y te dice cariño ("es que es la costumbre"). No tiene reparos en hablar de su familia, su trabajo y sus cosas. Es más, no para de hablar de su familia, su trabajo y sus cosas.

Si no puede quedar no te dirá, simplemente, que no puede, no, te explicará que, comotienequerecogeralniñodelfutbolpasarseporMercadonatenderlaropatomarunacervezaconsucuñadoypasearalperro... no puede.

A la tercera vez que pise tu casa te reprenderá por tener cacharros sin fregar y si permites que la pise una quinta vez nada más entrar encenderá la tele "a ver qué ponen".

El hombre es un animal de costumbres.

Éste es caca.


EL MENTIROSO

Es de los antiguos que creen que hay que declarar amor eterno a una mujer para tener sexo y que, cuanto más amor declaren, más y mejor sexo tendrán.

Dice que se ha enamorado, que te quiere, que quiere estar contigo, dejarlo todo por ti. Cuando le dices que no es pa tanto, que sólo querías pegar un polvo, te dice que no te das cuenta pero que estáis hechos el uno para el otro, que tiene que ser amor porque, si no, ¿cómo es posible que sea tan perfecto?. Hombre, perfecto-perfecto, lo que se dice perfecto... no es.

Ante el temor de que se acabe lo que para él es la bomba (véte a saber lo que tiene en casa) jura que será perfecto... algún día. Dejará a su familia para estar contigo pero necesita tiempo, todo es muy complicado. Que no hace falta que te des prisa, hombre, piénsatelo bien, que es una decisión muy seria.

Y lo piensa, lo piensa, lo piensa... mientras te jura que te quiere. Tiene un niño, se compra un perro, un adosado, su suegra va a vivir con ellos... pero siempre es cosa de su mujer, que toma decisiones mientras él sigue pensando. Con esta tontería se puede tirar años. Si de verdad estuviera esperando algo tendría un vestido de Pronovias de la Colección Winter del 2000 colgando en un armario.

Tiene cierta tendencia al melodrama.

Este, también caca.

Autora: Gordi, http://diariodeunagordatriste.blogspot.com/2009/08/hombres-casados-que-se-la-pegan-sus.html?showComment=1250605378824#c4502563032201317320

viernes, 7 de agosto de 2009

Pedir perdón


Gracias por hacerlo