viernes, 27 de abril de 2007

Apariciones

Claro que parece mentira.

Si no supiera que es la típica broma cíclica de mi puto destino, pensaría que me he vuelto loca.

Por eso será que tengo un blog. Por eso puedo dejar constancia de que no has muerto. Justo ahora que empezaba a importarme menos. Quizá porque me has descubierto y, por si tienes dudas, que sepas que aún no me ha volado el viento, que sigo teniendo única nacionalidad, que ya coincideremos fuera del centro comercial.

Por si tienes dudas, te contaré de Zaplana, discutiremos temas políticos, me dirás lo que te devuelve hacienda, qué curioso, justo hoy que no he podido declarar.
Por si tienes dudas, esta noche tampoco dormiré sola, no espantes a mi amante a esas horas, aprovecha el puente y que se tueste ella en esa chimenea rural, que a mí con esas ya no me conquistas.
Por si tienes dudas, soy aquella que no recuerda si te comunicó su cambio de trabajo, aquella que no recuerda la última vez que te vió partir, aquella que para recordar apunta cositas sueltas en este folio negro.

Por si tienes dudas: sigo resucitada aunque impactada, pequeño fantasma blanco impuro.

jueves, 26 de abril de 2007

Resurrección


Me he acostumbrado a que hayas dejado de existir.

Hasta el punto de que si te aparecieras
temblaría por estar viendo al
fantasma
que te envuelve dándote esa palidez que antes era suave
y ahora... no lo sé.

Me he acostumbrado al silencio,
a conversar sólo con las bombillas,
a sentirme libre en esta cárcel
de recuerdos
sin sentir que soy una mala actriz.

Me he acostumbrado a mirar tranquila las esquelas,
a oír nombres de ciudades
sin más ambición que saber si dirán pronto la mía
y lloverá,
a pasear para mí misma sin recopilar lugares
o heladerías donde compartir sabores.

Me he acostumbrado a imaginar que nunca pasó nada,
a inventar otras páginas de pasado más
decente,
a desear y a amar a soldados nobles
de corazón y guapos de armadura.

Me he acostumbrado a no querer saber más. Y he ganado.




miércoles, 18 de abril de 2007

No conectado

MSN Messenger



Un domingo cualquiera de resaca
me desconciertas.
Yo me alegro de volver a verte
y tú me preguntas:

¿Cómo te llamas, de dónde eres?

Casi dos horas mal invertidas
de mi tiempo. Ayer éramos íntimos
amigos y hoy eres alma perdida
que juega a coleccionar desconocidos.

Mientras me ofendo
pero respondo de nuevo a tus preguntas,
no salgo de mi asombro
cuando insistes:

Mándame una foto. ¿Me pones la webcam?

Y apenas me das tiempo para contestar.
Ni siquiera para rechazar
la prisa de tus hormonas
clavándose por mi espalda.

Después de unos días eliminas mi contacto
de tu lista, quedándote con la duda
de mi imagen,
y sin la miel de unos labios
que valen más
vestidos que tú desnuda.


Eduardo Cassano http://www.eduardocassano.com/sintulatido/msn.mht

domingo, 1 de abril de 2007

¿Y cómo es él?

La he visto en fotos, no desperdiciabas oportunidades. No es fea, aunque vestida de novia sí. Tú también, parecías un camarero venido a menos. Sé cómo es, y a qué dedica el tiempo libre. En eso sí que es fea: lo dedica a ligar por internet y a chatear con quinceañeras, a enfermar y a preocuparte. No sé en qué lugar se enamoró de ti, ni quiero saberlo. Perales es más dramático que yo.

Algo se rompió en la línea del tiempo. Fue la muerte, u otro camino equivocado, lo que hizo que nuestras vidas sean líneas perpendiculares, cortadas en un punto que ya pasó. Ahora que ganó la cobardía, mi espacio pisa el tuyo, y desapareces como el humo, o casi...

Nos encontraremos en unos grandes almacenes, y por si acaso ya pactamos que seré una universitaria extranjera, años sin vernos, ¿te casaste? Encantada de conocerte. La veré de nuevo y ella adivinará que conozco sus agujeros negros, sabrá que soy yo la carta secuestrada, los labios sin arder, la vendedora de fósforos.

Entonces quizá se sienta como el árbol caído en medio de nuestra carretera. Aunque eso lo somos los tres.